La violencia
No sé si soy la única que se pregunta qué hacía un chico de dieciocho años recién cumplidos a las cinco de la mañana en una discoteca, rodeado de compañeros de clase que eran menores de edad y probablemente estaban bebiendo alcohol. Hay que tener en cuenta que no eran jóvenes, sino adolescentes en un mundo de adultos, cuyos peligros no saben valorar. No digo que sea admisible lo que ha pasado, pero probablemente de haber sido más maduro el chico, ni se le hubiera ocurrido insultar a los porteros, ni las consecuencias habrían sido tan graves en todo caso.
El concepto de autoridad es algo con lo que tenemos que vivir, aunque no nos guste. Todos sabemos que existen unas normas básicas y unas personas que velan porque se cumplan, como la policía, guardas jurados y demás, y con esas personas no valen tonterías porque tienen autorización para ejercer la violencia. Cuanto antes entiendan los niños que la sociedad se basa en el respeto, menos problemas se van a encontrar el día que salgan a la calle solos sin la protección de sus padres. Por desgracia, las personas comprendemos mucho mejor el lenguaje de la imposición que el del diálogo. Los adolescentes a veces viven en un mundo de fantasía, donde se creen omnipotentes, que la vida es un juego y nada malo puede pasarles, hasta que les pasa, como a la chica del fotolog. Las personas de mi generación, que hemos recibido una educación estricta, debemos enseñar también a nuestros hijos a respetar las normas sociales.
Hay muchos que no lo hacen. Estoy cansada de ver a niños pequeños que pegan a sus padres. La violencia es algo connatural al ser humano y muchos niños la utilizan de forma habitual, a no ser que les dejes muy claro desde el principio que eso no está permitido. Me refiero también a la violencia oral: palabrotas, insultos y amenazas. Los niños se dan cuenta rápidamente de cuáles son tus límites y hasta donde pueden llegar. Es como un país, tiene que tener capacidad de reacción militar, incluso aunque no tenga intención de utilizarla, porque lo importante es la disuasión. En el caso de estos adolescentes que están siendo víctima de problemas de adultos veo una actitud preocupante. No son conscientes del peligro que conlleva su comportamiento. Un niño que ha sido educado con cierta disciplina es un adulto que no discute las normas básicas de convivencia de la sociedad, porque sabe que existen consecuencias, y siempre es mejor que te las enseñe alguien que te quiere que descubrirlas tú mismo.
8 comentarios
Pikifiore -
susana -
jarca -
jarca -
codromix -
yo fui a un cole como ése y sé como son esos niños, ricos hiperprotegidos y con un toque insolente a "los que sirven" sin justificar el asesinato, obviamente, no debemos santificar a nadie, que los ricos tambien pegan, y si no que se lo digan a la indigente del cajero en bcn y eso.
maldita violencia, está en todas partes!
Krisalys -
Yo soy rígida en la educación con mis hijos y hay quién dice que también la rigidez es violencia.
Vaya mundo en el que estamos actualmente!. Un Beso!
La chica de ayer -
Gema -
Un beso