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sigo a contracorriente

Deporte y vida

Deporte y vida

Estaba oyendo la radio. No sé cuál emisora era. Hablaban de los éxitos deportivos de los últimos meses. Dos locutores reflejaban un entusiasmo desmedido. El tercer, que estaba fuera de lugar, intentaba, sin mucho éxito, hacerles ver que no tiene sentido poner tantas emociones en algo tan efímero, como es el éxito. Los que hoy son héroes, pronto volverán a ser personas anónimas en su mayoría. Eso lo saben muy bien algunos deportistas que fueron famosos por un día, una semana o un año. Unos pocos continuarán en los medios porque trabajan en televisión o por sus vidas sentimentales. El resto, tienen que resignarse a volver a la normalidad, aunque puede ser que en el fondo sea mejor para ellos...

Sin embargo, este locutor no estaba hablando únicamente de deporte. Decía que esta vida que llevamos le produce, al mismo tiempo, vértigo, por lo rápido que pasa, y lástima, por ver tantas emociones volcadas en algo que no es importante. Entonces me dí cuenta de que yo siento lo mismo con todas estas celebraciones públicas. Me da lástima pensar que la gente sea capaz de emocionarse hasta las lágrimas por un jugador de futbol o vestirse con los colores de la bandera de España, un día. Porque al día siguiente, su vida vuelve a estar volcada en el éxito personal, en los placeres particulares, y ya no les importa lo más mínimo ni el deporte, ni la sociedad, ni su país.

Las noticias cambian, los protagonistas del día son otras personas y la vida nos pasa sin ser capaces ya de sentir emociones. Sería bonito que pudiéramos tener unos objetivos comunitarios, que realmente hiciéramos algo juntos cada día, o que fuéramos capaces, como en otros países, de sentirnos parte de algo todo el tiempo. Pero sólo nos queda el éxito deportivo. Si hubieran perdido la Eurocopa, ahora se desataría la misma oleada de emociones, pero negativas y críticas. No puede ser que nuestra felicidad dependa de los éxitos ajenos. Hay que vivir la vida de dentro para fuera, no de fuera para dentro. Debemos ser jugadores de nuestro propio partido y no simples espectadores sufrientes o celebrantes.

8 comentarios

addicted -

Creo q es bueno poder emocionarse con un poco de éxito, pero también hay q saber q un día estás arriba y puede q al siguiente estés abajo.
Besitos

Manuel -

La gloria es algo efímero, que suele crear un espejismo de felicidad en quien la vive, aunque sea con todo mérito, y poco a poco, al volver a la realidad las cosas, esa auforia se va apagando, para trauma, muchas veces, de quien la ha vivido.

Pero hay que tener en cuenta que ha de servir de estímulo para el futuro...

Un saludito desde Valencia.

susana -

Superwoman. No es malo que sigas a un equipo de futbol. Lo malo sería que tu felicidad entera dependiera de ello. Un beso.

La chica de ayer -

El éxito de cualquier clase es demasiado efímero como para creérselo!

superwoman -

Susana te leo y no puedo evitar darte la razón pero sólo en teoría, porque chica es que a mi el futbol me priva, si un Domingo no hay partido de mi querido club El Astur CF (de tercera división) ando como perro sin amo. Besos.

codromix -

yo soy tan poco fanatico de los deportes que a veces hasta me doy rabia, pienso que si mi vida o la de los mios no va a cambiar por un triunfo deportivo, no me voy a desgañitar por 4 señores que ganan una indecencia por jugar a lo que sea. no entiendo ni a los ultras ni a los que se tiran a una fuente publica con una bandera como capa... en fin! seguramente es una valvula de escape de vidas frustrantes

Gio -

Por supuesto que hay que vivir de dentro hacia fuera, pero las celebraciones externas, aunque efímeras son tan válidas como los actos de bondad. Los triunfos se celebran desde la antigüedad pues también dan unidad de grupo: el triunfo de los cazadores, de los guerreros, en fin, de todo aquello que significara contienda.

Y el que sea efímero también tiene su chiste. Para algunos es sólo la victoria del día, pero para otros, pocos quizá, es parte de un proceso, de una historia y eso también da unidad al final.

Y eso que lo escribo yo, que jamás veo un partido de fútbol ni ví las olimpiadas ni sigo ningún deporte...

Abrazos!

Gio.

acoolgirl -

Tienes mucha razon, pero tambien creo que es bonito emocionarse con esas cosas, aunque sea efimero... De todas maneras, hay que tener las cosas claras y no creer que, porque tu equipo gane vas a vivir mejor ni nada asi.

Un besitooo