El juego de la vida
La vida no es un juego de Nintendo. Si te caes por un barranco, no pierdes puntos, te matas, y no se puede reiniciar. A veces pienso que esos chicos que se han criado en la vida fácil de tener todo lo que quieren, en el momento que quieren, están indefensos ante la realidad.
La vida es más bien una ruleta rusa. Cada vez que sales con el coche, por ejemplo, aunque vayas a la vuelta de la esquina, te puede tocar a tí. Si además te emborrachas, te drogas y te relacionas con muchas parejas, las posibilidades de que algo vaya mal se multiplican de forma exponencial. Naturalmente, hay veces que no se nota. No sale ningún marcador diciendo la cantidad de neuronas que has perdido con el alcohol y las drogas. Tampoco hay una pantalla con un aviso de que has cogido una infección que te puede provocar un cáncer el día de mañana. Solamente se notan las consecuencias inmediatas cuando alguno acaba en el hospital.
Pero hay otras consecuencias que también van restando puntos de felicidad, porque las experiencias que vives te van marcando como persona, y ya no vuelves a ser el mismo que eras antes. Si tu vida te separa de tu familia, es difícil que la relación se pueda recuperar plenamente. Si impide que estudies, tendrás que pagar el resto de tu vida trabajando en cualquier cosa, aunque no te guste. Los niveles del juego no se pueden cargar y volver atrás para superar las pruebas que te saltaste en su momento. Además, los personajes de videojuego no tienen sentimientos que puedan ser heridos o traicionados.
En el juego está muy claro quiénes son los malos y se supone que siempre se les puede vencer. En la realidad, a veces resulta que el malo eres tú, sin darte cuenta, y no lo descubres hasta que no lo has pasado entero. Así que hay que tomarse la vida muy en serio desde el primer minuto de la partida hasta el último. Una cosa es pasarlo bien, y otra muy distinta hipotecar tu futuro por un puñado de experiencias innecesarias. Porque cuando sale "GAME OVER", ya no quedan más oportunidades de jugar. Se te ha acabado el tiempo.
6 comentarios
Falete -
el caso es que ese verano tuve algun tipo de trauma, quiza por el maldito videojuego. cada vez que la cagaba (casi a todas horas) o pasaba una mala sorpresa, hacía un movimiento raro con el dedo, como buscando un f7, una salida.
¡y cuantas veces nos encontramos con lo mismo en la vida, con un game over que es la muerte y tantos y tantos parametros para ir escogiendo... ¿riesgo o cautela? ¿insert coins?
jeje q retorico esto ultimo, un besin.
Anónimo -
Elenilla -
Siguiendo tu símil, si juegas bien tu juego, aunque hayas perdido puntos, a veces el juego te da puntos extra cuando lo haces bien.
Muchos besos
Angemary -
Recuerdo el año pasado cuando trabajaba en urgencias. Un chico de 20 años atropelló a una chica de 18 justo en la puerta del hospital cuando ella estaba cruzando el paso de peatones. Ël tuvo alguna que otra fractura, pero la chica falleció. Cuando le hicimos la prueba de tóxicos dio positivo en cocaína. Él jugó su partida y provocó el Game over de otro jugador.
Mi frase es: Lucha por tus sueños, pero nunca pierdas el horizonte.
Besitos susana
alotmo -
Yo he ido en coches con gente inexperta y bebida, pero no se dedicaban a correr y gracias a Dios nunca nos pasó nada.
Con 19 años me diagnosticaron leucemia y ese verano fui a muchas ferias y pude disfrutar antes de afrontar los tratamientos que podían acabar con mi vida.
Por eso no veo mal que la juventud experimente sin llegar a los límites de jugarse la vida y sin hacer daño a nadie. Ninguna experiencia es innecesaria y de todas se aprende. Lo malo es no poder elegir.
Bsitos y buen finde
codromix -