Cocina de laboratorio
Me acabo de enterar de que el famoso cocinero Santi Santamaría se ha atrevido a decir lo que muchos pensábamos: que donde esté una tortilla de patatas se pueden quitar los soufflés degradados de no sé qué cosa. Hace tiempo que me asombra que la gente "elegante" sea capaz de pagar cien euros por un plato de aire que ni llena ni alimenta. "Cosas veredes, Sancho".Creo que es un ejemplo más de hasta dónde nos puede llevar el aburrimiento y el exceso de medios.
Yo, desde luego, me alegro mucho de no ser rica y no tener que fingir que me gusta esa comida. Pero el pobre cocinero, por ir a contracorriente, se ha llevado las críticas de los defensores de la modernidad. No digo que a mí no me apetezca, de vez en cuando, probar algo distinto, pero siempre que sepa que los ingredientes existen y valen su precio: pescado fresco, verduras de huerta, setas salvajes... Lo que no estoy dispuesta es a comerme un cóctel de productos químicos más o menos inocuos, donde los sabores naturales han sido sustituídos por otros sintéticos.
Además, sospecho que son muy capaces de coger una hermosa manzana, quitarle un trozo de piel y tirar el resto. Es la cocina del desperdicio, mientras muchos se conformarían con lo que va a la basura. En esta sociedad de la imagen que hemos creado, siempre hay gente dispuesta a alabar las últimas tendencias, más que nada por el dinero que mueven. No importa nada que a la mayoría nos parezca que vale mucho más un bocadillo de calamares, que algunos artistas nos toman el pelo, o que, de todos los libros que se publican, apenas un diez por ciento valen la pena.
Luego nos lamentamos de que medio mundo no tiene lo necesario, cuando nosotros tenemos lo necesario y también lo innecesario, hasta niveles que rozan el ridículo. Así que tengo que reconocer que me ha alegrado mucho el enterarme de que todavía hay gente dispuesta a decir en voz alta lo que otros decimos en privado: que "el emperador está desnudo", en este tema y en muchos otros.
(Referencia al cuento "El traje nuevo del emperador" de Hans Christian Andersen).
12 comentarios
Marea@ -
a mi dame tortilla, jamón, queso, un buen chuletón y un buen vino...
todo ello acompañado de pan, claro.
Un beso. Marea@
Manuel -
No me terminan de convencer los experimentos, ni las mezclas de dulce y salado suelen ser santos de mi devoción.
Donde esté una buena paella (O un arroz al horno, que es más sabroso), un buen cocido o una tortilla de patata, huelgan esas experiencias minimalistas.
Saludos desde Valencia.
laumoma -
Un saludo
Laura
Neurotransmisores -
Nanny Ogg -
A mí que me dejen con la comida de toda la vida y me alegra saber que aún quedan cocineros con sentido común en este mundo :)
Besos
carmncitta -
Angemary -
También es cierto que me encanta probar cosas nuevas, nuevos sabores...pero es que a veces te ponen una cantidad tan ridícula de comida, por tan desorbitado precio, que a mi no me compensa....Pero una vez al año...pues no hace daño ¿no?
¡¡¡Me quedo con la tortilla de patatitas, que está bien rica!!!
Besitos
acoolgirl -
Así que... yo también me quedo con la tortilla de patatas!!! Jajaja!!!
Un besitooo
Patri -
Besotesssssssssss
Mónica -
Un besito
La chica de ayer -
Pikifiore -