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sigo a contracorriente

Un día más

Que piense que tengo un papel secundario en la historia, no quiere decir que no sea feliz. Esto es una muestra. Cerré los ojos y la brisa acariciaba mi cara dulcemente. El cojín se adaptaba a mi columna vertebral y mi cabeza descansaba sobre el borde del sofá. Mi marido dormitaba a mi lado, mientras los niños jugaban juntos amigablemente. Se oía el canto de los pájaros y el sonido de las hojas de los árboles agitadas por el suave viento. Abrí los ojos. A lo lejos unos niños pequeños jugaban a las comidas en un banco de arena. Una ardilla cruzaba la hierba corriendo hacia un árbol. Los insectos pululaban alrededor buscando alimento.

Mediados de agosto, un parque. Entonces me vino la misma estampa diez años atrás. Entonces eran mis hijos los que jugaban en la arena y en los columpios, y nosotros descansábamos con un ojo abierto por no perderlos de vista. El mismo sol, el mismo cielo, el mismo aire fresco y limpio, la misma tranquilidad cuando la mayoría de los madrileños abandonan la ciudad en busca de paraísos saturados de turistas. Madrid es el paraíso en otoño en primavera, tal vez para compensar el frío y el calor que pasamos el resto del año. Por eso estos días no tienen precio.

¿Quién necesita más que esto? Volver a los mismos lugares, comprobar que todo sigue en su sitio, enlazar los recuerdos, el pasado, el presente y el futuro. Pensar que la tierra seguirá allí cuando ya no la pisemos, que otros seguirán nuestras huellas. Eso es la felicidad. Estar unidos. No dejar que las circunstancias de la vida nos alejen unos de otros o vayan levantando barreras que, con el tiempo se vuelven infranqueables. Mantener la comunicación abierta. Sonreir. Disfrutar de los detalles. Apreciar incluso lo que tenemos ya muy visto. No escamotear las caricias ni las palabras de cariño. Eso es lo que hace que la vida merezca la pena, lo que se recuerda cuando cambian las circunstancias. No dejar que los bienes materiales se interpongan en nuestros objetivos vitales.

Olvidar la tecnología. Respirar a pleno pulmón. Aprender de nuevo a escuchar los sonidos que ya no apreciamos. Distinguir los matices de color que hemos olvidado. Sentir. No hace falta irse al Tibet para eso ni pagar un entrenador personal. Basta con regresar a los orígenes, mirar en nuestro interior y reconocernos. Volvernos a los demás y darles la bienvenida. Todo esto lo veo reflejado en una canción de El Canto del Loco que me gusta mucho. Supongo que la conocéis.

Parece que esta de moda ir de tontito
Aparentar ser la persona que siempre tu habias querido
¿Por qué no te quieres aunque sea solo un poquito?
¿Por qué no eres tu mismo y no algo parecido?

Usando menos el coco y un poquito mas la piel
Ya que somos lo que somos y si no lo quieres ver
Eres tonto!
Si no te gustas es que no estás vivo
Eres tonto!
Pero eso es algo que nació contigo

Y mañana al despertar, saltar de la cama
Luchar tu mañana, mirar a la cara
Que no eres nada

Eres tonto!
Salir a la calle sin la tonteria
Sacando de dentro entera tu vida
Entera tu vida

13 comentarios

susana -

Por fiarme de internet más que de mi oído: la canción no dice que no eres nada, dice que no debes nada. Así tiene más sentido.

Enigmática -

Susana guapa, ya están cambiadas ;)

Besos,

Enigmática

Angemary -

¡¡¡Qué bonita descripción de lo que es la felicidad!!
A veces nos empeñamos en buscar la felicidad, sin darnos cuenta de que las cosas que tenemos alrededor son las más importantes para ser feliz en la vida.

Besitos

Gema -

Mira la entrada de hoy de H ...entra y dale caña que tú tienes hijos y puedes hablar con conocimiento de causa jeje...me he quedao muerrrrrta!!

Nanny Ogg -

Con este post te he "visto sonreír" y tienes una sonrisa preciosa ;)

(Espero que me sigas "ajuntando")

Besos

susana -

Enigmática, no puedo comentar en tu blog porque no soy de blogger. Por favor, cambia las opciones de comentarios. Un beso.

Manuel -

Los recuerdos felices hacen que, muchas veces, se suavicen los momentos duros por los que estemos pasando.
Sin embargo, hay veces, cuando se visitan lugares en los que vivimos esos momentos felices ya pasados, que es difícil volver a ver con los mismos ojos que entonces.
Éso me hace recordar una vez, no hace mucho, en que entré a visitar la facultad en la que estudié mi carrera.
Y apenas estuve allí unos pocos minutos, pues me resultó muy duro el reconocer el paso del tiempo...

Un saludo desde Valencia.

Enigmática -

Me alegra que seas capaz de ser feliz, que puedas apartar lo que "habías querido" para disfrutar de "lo que eres".

Besos,

Enigmática

codromix -

si es que nuestro mayor tesoro está en nuestras pequeñas cosas, que son las que nos dicen que estamos vivos y quienes somos realmente, genial tu articulo!

superwoman -

Susana hoy me has llegado al corazón ¡GRACIAS!

Gema -

Que bonito lo que has escrito hoy...bonito y verdadero. Me has alegrado la mañana Susana.
Un beso ji

acoolgirl -

:)

Ves?? Hoy has conseguido sacarme la sonrisa, me gusta mucho lo que dices y como lo haces... Me quedo con todo!!

Un besazooo

PD: La semana pasada estuve en el concierto del Canto del Loco... son geniales!!

damisela... -

tanto tiempo leyéndote... y tampoco conocía tu casa, un placer visitarte susana.

anoche oí en directo esa canción y pensé exactamente lo mismo.